Jorge

«Abróchense los cinturones que vamos a despegar.» Ordenaba la azafata, con esa voz tan característica y un acento indefinible. Yo sabía que las horas posteriores podrían convertirse en aquel martirio en el cual se convierten mis viajes en avión. Pero esta vez era diferente, Jorge estaba al lado mío.

Nunca he sabido describirlo físicamente, quizás esto se debía a que no es muy algo. Ni muy gordo, ni muy flaco, tampoco petiso pero jamás alto. Él mismo nunca pudo definirse, vagaba por el colegio, como más tarde seria por la facultad como sin rumbo demostrándonos a todos aquellos que le admirábamos que él no sabia nada y tampoco pretendía saber. Contagiaba esa ignorancia feliz, que pocos poseen y transmite inocencia y candor.

Quizás eso fuese Jorge pero Jorge era mucho mas que eso, aunque resulte inimaginable era tímido pero incauto, y al pasar parecía corto de genio. Ahora roncaba porque Jorge siempre ronca, y más cuando duerme en mala posición. Mi Jorge teme más que nada a las opiniones, pero nunca me animaría a juzgarlo por esto… Lo creo una victima de él mismo, a decir verdad de su situación.

Jorge trata de alejarnos constantemente de su persona para que no salgamos lastimados, nunca deja que nadie lo conozca bien y a la hora de justificarse acude a la vergüenza, su más fiel aliada. Tiene que aprender que a veces uno no controla quien lo quiere , que las cosas pasan y forman parte de nuestra vida mientras tratamos de que otras no sucedan o hacemos planes, sin tener en cuenta a muchas personas que sin nosotros saberlo son parte de nuestros días. Pero el se trata de moldear al gusto general , y deja de ser el mismo.

Sospecho que a veces en Navidad esto lo hace sentir sólo, aun en compañía de sus cuatro hermanos con quienes conversa automáticamente de cosas sin sentido. Ni su reproducción en el espejo lo comprende , yo sostengo con orgullo haberlo intentado pero debo admitir que nunca lo conseguí. A veces al hablarle me contesta monosilabico , haciéndome sentir aquella persona que no importa que nunca fue ni será mas que una conocida pero otras veces al hablarle gasta todas esas palabras que viene ahorrando y las convierte en un reto, me acusa y me ataca y yo se que tiene razón. Porque Jorge siempre tiene razón.

Algunos viernes me pregunto que es lo que Jorge realmente quiere, me contesto y esto me guía a las preguntas que más temo. ¿No será Jorge realmente un extraño? ¿No será él una persona sentada al lado mío, que tuvo la mala suerte de encontrarse con una chica desesperada? No busco una respuesta, cierro los ojos y toco lentamente su mano, luego lo miró. Él se despierta, me mira también algo preocupado y casi a los gritos me pregunta ¿señorita esta usted bien?

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